Los hombres deben pasar la vida luchando por mostrar que pueden ser lo que esperan de ellos, pero normalmente se trata de evidenciar que están totalmente alejados de la vulnerabilidad y la emotividad. Nos damos cuenta entonces que nacer hombre para muchos significa tener que estar en un desierto emocional. Surge así la definición de Hombre Precario: aquel que le falta entrar en contacto con sus emociones. Pero es posible lograr ser hombre de verdad, aprendiendo a sentir y vivir las emociones, pudiendo ser realmente humano, a través de la reflexión, la comprensión y la conexión con otros en relaciones que se conviertan en experiencias significativas para la vida.

Estamos sufriendo de un tipo de ansiedad que genera una depresión por frustración a causa del exceso de uso de redes sociales. Vemos personas que están creando vidas editadas de sí mismas para mostrar en redes. Estamos en una época de guerra de reconocimiento. Hay una batalla campal donde estamos compitiendo por publicar el mejor contenido de todos. Nuestra vida pasó de ser un contar de historias a un vender la mejor historia, con el único objetivo de alcanzar cada vez más calificaciones positivas o likes de quienes reciben ese grandioso contenido publicado. El mundo de muchas personas se resume en eso y para eso: Vivir bajo la dictadura de los Likes!

¿Cómo diferenciar amor de pasión? La pasión es el estado donde idealizamos lo que vemos en el otro, en ese proceso de sentir que como personas tenemos una mitad faltante y debemos buscar un complemento, reflejando así la forma en que nos vemos en el otro. El amor es una experiencia que vamos construyendo día tras día con los recursos emocionales que tenemos. Sólo cuando podemos aceptar la realidad del otro, es que el amor se puede dar. Pasión es el primer capítulo de una relación, Amor es el segundo capítulo de ese encuentro que llamamos relación amorosa.