EL FARO DE LYCON

By: Miguel Ángel Beltrán
  • Summary

  • Bienvenidos a El Faro de Lycon. Soy Miguel Angel Beltrán, creador de este podcast donde compartiré contigo historias apasionantes sobre grandes cuestiones y enigmas que intrigan o preocupan a la sociedad. Exploraremos nuestra historia pasada, pero también los desafíos a los que nos enfrentamos en el presente y las incógnitas que se abren para el futuro. Te invito a acompañame en esta aventura de reflexión y conocimiento.
    © 2024 Miguel Ángel Beltrán
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Episodes
  • 84 - El Arca de la Alianza: La Fascinante Historia de una Reliquia Divina
    Dec 27 2024
    Hoy te voy a hablar de uno de los mayores misterios de la historia: el Arca de la Alianza; un enigma que ha cautivado a la humanidad durante milenios y que ha sido objeto de todo tipo de leyendas. Para entender mejor esta historia y los motivos por los que este cofre está envuelto en misterio y fascinación, tenemos que adentrarnos necesariamente en lo que se describe en la Antiguo Testamento y retroceder hasta el tiempo de Moisés. Así que, déjame que dedique estos primeros minutos en explicarte el origen de todo esto. El Arca de la Alianza, también es conocida como Arca del Pacto o Arca del Testimonio. Se trataba de un cofre sagrado que, según la creencia judía y cristiana, albergaba las Tablas de la Ley y simbolizaba la presencia y el poder de Dios entre su pueblo. Abraham es identificado como el padre de la Fe judía, cristiana y musulmana, las conocidas como religiones abrahámicas. Abraham vivió entre el año 2166 y el 1991 a.C. y es reconocido en todas ellas como el iniciador de la alianza entre Dios y la humanidad a través de su descendencia, representando la fe, la obediencia y unidad de los pueblos bajo un mismo Dios. Abraham tuvo varios hijos, pero de entre ellos destacan dos: por un lado Ismael, nacido de su unión con Agar, su esclava egipcia. Por el otro, Isaac, nacido de su esposa Sara cuando ambos eran ancianos; ya que Sara tenía 90 años y Abraham 100 años. Este es el punto de unión entre las religiones musulmana, judía y cristiana. Mientras que Ismael es considerado el ancestro de Mahoma (el fundador del Islam), Isaac fue el padre de Jacob, el primer patriarca del pueblo de Israel. Jacob tuvo 12 hijos, y alrededor del 1600 a.C, él y todos sus descendientes se vieron en la necesidad de emigrar a Egipto para huir de una gran hambruna que duró varios años y que afectó a un territorio muy extenso, el cual abarcaba los actuales Israel, Palestina, Jordania occidental, el sur de Siria y el norte de Egipto. Los hebreos fueron bien recibidos por el faraón, porque eran conocidos por su habilidad en la agricultura y en otros oficios que le eran necesarios en aquel momento, pero sobre todo por el respeto y confianza que sentía por José, un hebreo que era el hijo predilecto de Jacob y que había llegado años antes a Egipto como esclavo, después de haber sido vendido por sus propios hermanos. José había logrado ser liberado y, con sus habilidades, había ascendido poco a poco hasta llegar a ser administrador de la tierra del faraón. Su capacidad para interpretar las señales le permitió predecir con suficiente antelación el episodio de hambruna, lo que salvó a Egipto de ella. Los hebreos permanecieron en Egipto durante unos 430 años y fueron respetados al principio, sin embargo, durante ese tiempo su comunidad creció de manera considerable en número y en influencia, lo que provocó el temor de los egipcios, quienes empezaron a verlos como una amenaza y acabaron por someterlos a la esclavitud y a la opresión. Para controlar su número creciente y mantenerlos bajo control, el faraón dio la orden de que todos los varones hebreos recién nacidos fueran asesinados. Es entonces cuando la hebrea Jochebed ocultó a su hijo en una cesta y lo abandonó en el Nilo para salvarlo. El niño fue rescatado por la hija del faraón, lo adoptó y lo nombró Moisés, quien creció como parte de su familia desconociendo por completo su procedencia. Con el tiempo, acabó sabiéndola y finalmente eso le llevó a revelarse contra el faraón por su crueldad con su pueblo de origen, por lo que fue desterrado, regresando posteriormente y liberándolo con el poder que le otorgó Dios. El resto de lo que sucedió con el retorno de Moisés, las siete plagas de Egipto, la muerte del hijo del faraón y la división del Mar Rojo para escapar de su persecución, seguro que la conoces. Un año después de la liberación de su pueblo y de haber iniciado una larga travesía hacia la tierra prometida, Moisés sintió una llamada pidiéndole subir en solitario al Monte Sinaí. Así que, abandonó el campamento y subió a la montaña, dejando al mando a su hermano Aarón. Allí permaneció durante 40 días y 40 noches en presencia de Dios. Según esa historia, durante el tiempo que estuvo allí, recibió instrucciones precisas para liderar a su pueblo, estableciendo un pacto. Como parte de ese pacto, le fueron entregadas unas tablas de piedra donde estaban grabados lo que se conoce como los Diez Mandamientos. Los mandamientos serían las leyes y principios morales, éticos y religiosos que deberían ser respetados por su pueblo y que aún hoy son aplicados en el cristianismo y en el judaísmo. Moisés, cuando bajó del Monte Sinaí y regresó al campamento con las tablas, se encontró con graves actos de desobediencia a los dictámenes de Dios que se habían producido durante su larga ausencia, entre ellos la idolatría a un becerro de oro que el pueblo había ordenado construir a su hermano Aarón ...
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    17 mins
  • 83 - La Biblioteca de Alejandría: El tesoro perdido
    Dec 19 2024
    Vamos a sumergirnos en la historia de la legendaria Biblioteca de Alejandría, un lugar que albergó buena parte de los grandes conocimientos del mundo antiguo. Allí se guardaban las ideas acumuladas durante siglos por los mayores pensadores de aquellos tiempos remotos. Realmente siempre me ha parecido fascinante solo imaginar la historia y los secretos que llegaron a ser guardados allí, de los cuales y por desgracia se perdieron muchos con su destrucción. Algunos libros y manuscritos se conservaron, se cree que incluso muchos de ellos fueron escondidos durante mucho tiempo para protegerlos de persecuciones políticas y religiosas. La Biblioteca de Alejandría no fue solo un montón de libros antiguos; fue también un símbolo de nuestra constante búsqueda del conocimiento y de la verdad. Hoy, intentaremos saber un poco más de ese legado. Pero para empezar, debemos ponernos en contexto… Y para ello, tendremos que retroceder hasta tiempos de Alejandro Magno. Como sabéis, este personaje histórico llegó a ser emperador de un inmenso territorio que se extendía desde Egipto, por Oriente Próximo y Asia Central, hasta la India. Una de las grandes luchas que mantuvo fue contra el dominio persa en Egipto. A medida que les fue ganado territorios, Alejandro Magno iba extendiendo la cultura helénica por ellos. Hacia el año 331 a.C, fundó la ciudad de Alejandría, lo hizo sobre un poblado de pescadores a orillas del Mediterráneo llamado Rhakotis; un lugar estratégico, ya que estaba protegido de las inundaciones del Nilo. Su situación geográfica permitía que llegaran las mercancías hasta allí a través de un canal que unía el lago Mareotis y el puerto. Cuando Alejandro murió en Junio del año 323 a.C., Ptolomeo I, un general greco-macedonio al servicio de Alejandro Magno, fue proclamado rey de Egipto, estableciendo una dinastía que gobernaría toda la región durante tres siglos. De hecho, su descendiente Cleopatra fue la última reina ptolemaica, quien perdería finalmente todo el territorio a manos del imperio romano. Durante todo aquel periodo se mantuvo en su mayor parte el arte, la cultura y la lengua egipcias en todo el reino, sin embargo, la dinastía ptolemaica en Egipto hablaba solamente griego, con la excepción de Cleopatra, que fue la única reina en toda la dinastía ptolemaica que habló egipcio. Los reyes mantuvieron siempre los hábitos y costumbres culturales helénicos en lugar de adoptar los egipcios; de hecho, las personas que estaban al servicio en la corte real eran normalmente griegos. Sin embargo, también utilizaban el título egipcio de faraón. En las monedas llevaban la diadema macedonia, mientras que en las estatuas lucían a menudo atuendos faraónicos y la doble corona egipcia. Durante el periodo ptolemaico, la ciudad de Alejandría creció rápidamente y se enriqueció, hasta convertirse en el centro de la cultura helénica. La ciudad contó con grandes palacios y jardines, entre los que destacó el de la famosa biblioteca, que además formaba parte de una institución más amplia de investigación y estudio de las artes, conocida como el Museion, un santuario dedicado a las musas, las hijas del dios Zeus en la mitología griega, que eran las encargadas de aportar sabiduría e inspiración a los mejores poetas, escritores y científicos de la época, quienes además residían y desarrollaban su trabajo en aquel complejo. El Museion fue construido en mármol entre el 285 y el 246 a.C. La orden partió del rey Ptolomeo I Sóter, que tenía el deseo de reunir en aquel complejo todo el saber de la época y promover desde allí la cultura helénica por todo su reino. Contaba con dependencias al servicio de eruditos y sabios, con salas de conferencias, laboratorios y observatorios, incluso con salas de anatomía donde se llegó a permitir realizar autopsias y disecciones de cuerpos humanos, algo que estaba prohibido en la Grecia continental. Para enriquecer la biblioteca, los sucesivos reyes ptolemaicos implantaron políticas ambiciosas y bien financiadas para la adquisición de todo tipo de escritos de interés, y lograron reunir un gran número de ellos. Se cree que la biblioteca albergaba cerca de 500.000 volúmenes, entre rollos de papiro y documentos literarios, académicos y religiosos aportados por los grandes filósofos, matemáticos, alquimistas, médicos y astrónomos de la época, con lo que acabó siendo uno de los centros de conocimiento más importantes, influyentes y prestigiosos del mundo antiguo y de la historia de la humanidad. Pero, ¿qué pasó con este impresionante lugar? La destrucción de la Biblioteca de Alejandría sigue teniendo un cierto misterio, y aún hoy es fuente de debates y teorías. ¿Fue víctima de la guerra, de conflictos religiosos, de una catástrofe natural o de todo ello a la vez? En lo que hay mayor consenso es que su decadencia y posterior desaparición se inició en el año 47 a.C. con la guerra por el poder entre ...
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    14 mins
  • 82 - La primera Navidad: Una historia sobre humildad y esperanza.
    Dec 14 2024
    Esta historia comienza en Nazaret, en la antigua provincia de Judea, una región de la actual Palestina que en aquellos momentos estaba bajo el dominio del poderoso Imperio Romano. Hacía unos días que se había anunciado a la población un decreto del emperador César Augusto por el que se ordenaba la realización de un censo en todo el imperio, destinado a garantizar el control político y fiscal de los territorios. La orden obligaba a los ciudadanos a registrarse en sus lugares de origen, lo que significaba para José y María, su esposa, recorrer casi 150 kms hacia el sur, hasta la localidad de Belén, ubicada en al actual Cisjordania y a unos 9 kms al Sur de Jerusalén. Este viaje suponía un enorme esfuerzo y riesgo en aquella época, el cual habrían de realizar obligatoriamente pese al avanzado embarazo de María. Belén era una localidad ancestral conocida por ser el lugar de nacimiento del rey David, y por tanto, tenía una gran importancia histórica para los judíos, aunque solo se tratara por entonces de una pequeña y tranquila aldea de menos de 1000 habitantes. José había nacido también allí y pertenecía al linaje del rey David. La ruta entre Nazaret y Belén estaba llena de caminos polvorientos y a menudo peligrosos, ya que atravesaba colinas pedregosas, el entorno era abrupto y muy seco, con largas travesías sin acceso al agua y sin ayuda en caso de necesidad. El transporte era incómodo y era difícil encontrar hospedajes disponibles. A esto había que añadirle que el clima podía resultar excesivamente caluroso por el día y con un frío penetrante en las noches. Aunque José era un carpintero acostumbrado al trabajo físico y se supone que podría afrontar el camino con relativa facilidad, el estado en el que se encontraba María con su embarazo y probablemente con la dificultad de tener que viajar a lomos de un asno para evitar la fatiga extrema, suponía igualmente un esfuerzo enorme para ella y exigía hacer el recorrido más lentamente y con mucha más precaución. Después de dos duras semanas de trayecto, José y María llegaron a Belén, donde debido a la llamada para el censo, el lugar se encontraba lleno de viajeros, lo que hacía aún más difícil encontrar donde alojarse. José, probablemente agotado y preocupado por la condición de María, buscó refugio durante horas sin éxito. La sociedad judía de entonces valoraba la hospitalidad y cualquier rechazo a dar alojamiento al viajero podría ser muy mal visto, sin embargo, la saturación de la localidad durante aquellos días complicaba mucho las cosas. Afortunadamente, un lugareño, ante la desesperación de José, le ofreció el único lugar que tenía disponible. Sería en un espacio rudimentario y muy modesto de su establo, pero al menos estaba limpio y seco, lo que les proporcionó techo y algo de intimidad para poder descansar con tranquilidad. Horas después, entre el calor que les aportaba el heno y la presencia de los animales en aquel establo, María dio a luz y el llanto del niño fue el inicio de una gran historia que ha sido la guía espiritual de millones de personas durante más de 2000 años. Mientras tanto y no muy lejos de allí, en las colinas que rodeaban la aldea, un grupo de pastores vigilaba sus ovejas mientras conversaban alrededor de una hoguera que les hacía más soportable el frío de la noche. Debatían sobre el reparto de los pastos y la sequía por la que atravesaba la zona desde hacía un año. Su tertulia se vio interrumpida por la presencia de una figura que surgió repentinamente desde la oscuridad. Su indumentaria era extraña y no parecía del lugar, era una persona alta, de aspecto bondadoso y con un rostro que parecía resplandecer. Aquella figura se dirigió a los pastores para transmitirles un mensaje. “No temáis; os traigo buenas nuevas de gran alegría”; “hoy ha nacido en la ciudad de David un Salvador”. Los pastores no sabían cómo reaccionar; por un momento se sintieron asustados e incrédulos, pero inmediatamente después, una mezcla de curiosidad y de una especie de esperanza los empujó a dirigirse hacia Belén para comprobar si era cierto y para tratar de entender el significado de aquel mensaje. Los pastores caminaban apresuradamente hacia el pueblo sin tener una idea clara de donde buscar, aunque aquella extraña persona les había indicado que lo encontrarían en el lugar más humilde de todos. La silueta del pueblo y de sus calles se dibujaba en el horizonte con una tenue iluminación azulada bajo un impresionante cielo estrellado, con las montañas de Judea al fondo y un frío intenso que lo envolvía todo. El último tramo del camino antes de llegar a la entrada de la aldea se abría paso a través de una pendiente suave, rodeada de olivos y viñedos. Al final de esa pendiente, a unos 300 metros antes de la entrada principal de Belén, había un arroyo conocido como Elia. Justo al llegar a ese punto, el aire parecía saturarse de olores intensos a ...
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